domingo, 16 de marzo de 2008

Tendría que escribir sobre los hoteles que visité
y sobre las máquinas que vi romperse, que no fueron muchas.
Pero también tendría que narrar a los alumnos en la universidad
que se quebraban por el peso de la esquizofrenia
producto directo de docentes inútiles y arrogantes,
esa forma de transmitir el conocimiento que se podría titular:
“Bienvenido a la celda política
donde uno es verdugo de sí mismo
con la inefable ayuda de su propio narcisismo”.


Pero el blog es una apuesta estética demasiado radical a veces.