viernes, 4 de septiembre de 2009

Una visita a la Secretaría de Cultura

Son las siete de la tarde apenas pasadas del jueves 3 de septiembre y esperamos, sobre la Avenida Alvear, para entrar a la Secretaria de Cultura de la Nación. No hay ansiedad, pero se nota una alegría poco distendida, y sobre todo, curiosidad. Mientras van llegando y se saludan, veo a los bloggers menos nerds de lo esperable, pero freaks al fin y al cabo. Y cuando nos hacen pasar, somos la corte punk de los milagros digitales. En el salón de techos altos, sentados en una mesa enorme, llegan los chistes peronistas sobre el parqué y los comentarios sobre el uso de seudónimos. De los veinte que respondieron con su presencia a la invitación del Secretario de Cultura de la Nación, solamente dos son mujeres.

Jorge Coscia entra con su equipo y ocupa la cabecera. Empieza bien. Habla de la diferencia entre las políticas públicas, el Estado y el gobierno. Aclara que él es de la época del Winco y que su cabeza piensa de forma analógica. Después el micrófono acopla y se escucha la gran pregunta por primera vez: “¿De qué manera podemos interactuar?”. Pero hay otro párrafo, el párrafo-puente: “Ellos son muy poderosos y a veces parecen invencibles, pero este gobierno ganó las elecciones nacionales y ese también es un poder”.

Entonces los bloggers se presentan uno por uno. Hay de todo. Está el que agradece, el que analiza, el que mistifica, el que desmistifica. Se dice el nombre, después el seudónimo, el blog personal y, si lo hay, el blog grupal. Mendieta, Abelardo, de mendietaelrenegau, y artepolitica señala, como una virtud, que “acá hay gente que nos es oficialista. Nosotros estamos en las márgenes, esa diversidad hay que cuidarla”. Matías de natanael vuelve sobre la demanda que le inició Clarín por el uso del dominio quetepasaclarin.com. El ingeniero de desdegambier cita a Chomsky sin nombrarlo: “Sí, me ocupo de la rosca, leo los diarios, ahí se ven muchas cosas, pero hay que saber leerlas. Y también completo porque hay información política que no sale en los medios”.

Cuando me toca a mí, hago ligeramente el ridículo citando a Alfred Ebelot. En su viaje a lo que todavía era el desierto pampeano, Ebelot habla de una jauría de perros cimarrones que atacan el ganado de frontera. Los soldados de los puestos pretenden que los perros cimarrones ataquen solamente el ganado de los indios y los indios quieren que los perros ataquen solamente las vacas de los soldados. Pasado el momento literario, pongo primera y apuro: “¿Qué está dispuesta a dar, a ofrecer la Secretaría?”. Es una pregunta básica. No sé cómo es recibida. No lo puedo medir. Entiendo que a algunos les alcanza con haber sido reconocidos, y que otros tienen sus dudas. Es el gran problema histórico que se da cuando el poder se acerca al tipo que está suelto y produciendo.

Manolo, Deshonestidad Intelectual, cierra la ronda con una analogía: “Esto es como el mimeógrafo. Antes mimeografeabas el volante y salías a convencer a la gente. El blog es el mimeógrafo de hoy”. Me gusta la idea de la pequeña épica letrada. Mientras la anoto Coscia vuelve a tomar la palabra. Hay algo de discurso, de innecesario proselitismo, en sus palabras. Pero si es recursivamente peroncho en sus referencias, también resulta amable y educado en su trato. Cuando empezó dijo que venía a escuchar, y en eso cumple. Lo cual no es poco. Uno de los asesores aporta algo más: “La cosa es nueva pero el reclamo es viejo. El pedido es el mismo que podía hacer antes un viejo anarquista que tenía una imprenta en el fondo de la casa. Seguridad legal, reconocimiento profesional…”.

Enseguida, María Esperanza Casullo se anima a meter un poco de presión: “Ustedes nos necesitan más a nosotros que nosotros a ustedes”. Coscia sale bien de esa apurada. La metáfora es militar: “Ustedes son la guerilla, nosotros el ejército regular. Como Güemes y San Martín. Nos necesitamos”. ¿Todo esto es exagerado? ¿Nos victimizamos? ¿Cómo toca la realidad de un pasillo ministerial, las trabas del famoso castillo, a la limpia y desarticulada actividad individual del posteo? ¿La secretaría debería meter pauta en los medios on line tradicionales que reenvíen a los blogs para generarle tráfico?

Entonces Coscia pone una marca irrefutable: “Yo voy a un canal de televisión y soy oposición, entro y me tengo que defender, sé que me van a atacar”. ¿Nos necesitamos? Quizás. Lo que no queda claro es cómo nos necesitamos. Se acuerda en continuar las reuniones. Fue el Estado escuchando a los bloggers. Un escalón raro y grande en el avance de la cultura digital. No es poco.


Abro los comentarios.