miércoles, 29 de septiembre de 2010


Las similitudes entre el escritor pernambucano naturalizado carioca Nelson Rodrigues (1912- 1980) y Roberto Arlt (1900- 1942) son tantas que uno podría hablar de cierto efecto dopellgänger. Más allá de las coincidencias casuales como trabajar en un diario llamado Crítica y haber padecido tuberculosis, los unen hitos literarios llamativos. Tanto Roberto Arlt como Nelson Rodrigues renovaron el teatro de su país[i], ambos fueron prolíficos costumbristas cuyo humor -negro, ácido, lúcido- parece ser el mismo y también, aunque gozaron de cierto prestigio en vida, ambos fueron reivindicados tardíamente. Es verdad que sus respectivas posiciones políticas eran visiblemente irreconciliables. Mejor sería, entonces, buscar las diferencias antes que las similitudes. Este trabajo, pese a todo, se dejará afectar por cierta pereza y la no siempre inteligente sorpresa de señalar coincidencias, pretendiendo sobre todo avanzar una hipótesis que ilumine la relación entre cierta literatura y su condición de producción.

Já viram um jornal por dentro? Vale a pena. As batidas das remigntons e olivettis – criam uma insuportável obsessão auditiva. Vocês entendem? Uma redação é ressoante como uma colmeia de máquinas de escrever. Cada um de nós é um datilógrafo excitadísimo. E o pior é que ninguém pára, não há uma pausa, um suspense, nada. Um amigo entrou na redaçao e fez a pregunta aterada: - “Vocês não pensam?”. Não, não pensamos. O jornal é uma batalha contra o horario. Ninguém tem tempo de pensar. Flaubert perdia uma semana escolhendo entre mil sinónimos. Buscava a palabra absoluta. Infelizmente, tais rigores estilísticos são inviáveis na redação moderna. E, como escrevemos sem pensar, chega a parecer que as olivettis e as remigntons pensam por nós.[ii]

El fragmento pertenece al artículo Despedidas de Sílvio Caldas, recopilado en el libro O Reacionário – memórias e confissôes, que fue publicado originalmente por Nelson el 9 de julio de 1969. El lector porteño recordará, sin problemas, en qué momento de la literatura argentina Flaubert visita la redacción de un diario.

Me atrae ardientemente la belleza. ¡Cuántas veces he deseado trabajar una novela, que como las de Flaubert, se compusiera de panorámicos lienzos...! Mas hoy, entre los ruidos de un edificio social que se desmorona inevitablemente, no es posible pensar en bordados. (...)Escribí siempre en redacciones estrepitosas, acosado por la obligación de la columna cotidiana.[iii]

Aunque distantes en el tiempo y afectadas por esa distancia, las citas pueden ser leídas en conjunto. Para Arlt, el estilo periodístico es literario. Aunque el campo intelectual en el que está inmerso lo niegue, él se construye alrededor de esa certeza, y es esa certeza la que le produce incomodidad y genera violencia interna en su escritura. En 1969, casi cuarenta años más tarde, el problema ya está consolidado y tiene una tradición. Mientras el prólogo a Los Lanzallamas está atravesado por la presión de los otros, los que son diferentes, las minorías cultas encarnadas en esos literatos a “quienes únicamente leen correctos miembros de sus familias”, Nelson Rodrigues no reflexiona sobre la comunicabilidad masiva porque es parte vital en él.

En 1969, libre de la tensión que incomoda a Arlt, Nelson Rodrigues entablará una relación mercantil con el lenguaje donde la ecuación fundamental se está jugando alrededor de los conceptos de escritura, dinero y lector masivo. Instalado en las condiciones y derechos de pertenecer a un medio masivo, practicará la obsesión, la repetición y un estilo oral exhortativo de ese que se hace mientras se escribe, sin salvedades de ningún tipo. Así, su literatura y la producción rentada se volverán una sola. De allí que la conciencia de que el periodismo propiamente dicho es literatura aparece en Nelson Rodrigues con mucha más fuerza que en Arlt. De allí que primero publique sus textos periodísticos en forma de libros y la recopilación de las aguafuertes arltianas se realice muchos años después de la muerte del autor. La cita de Gilberto Freyre es contundente al respecto:

O escritor-jornalista é o que sobrevive ao jornal, ao momento jornalístico, ao tempo jornalístico. Pode resistir á tremenda prova de passar do jornal ao livro. Em Nelson Rodrigues, como en Eça de Queiroz, o escritor vence o tempo como escritor, embora servindo-se do jornal, da correspondencia para jornal, do comentario ao acontecimiento do dia. Nelson Rodrigues é, dos dois, o masi vigoroso nessa espécie de expressão literaria: a transferível de jornal para livro.[iv]

Pese a todo, ambos momentos, cuando tienen que definirse, trabajan por negación, gravitando alrededor y en referencia a un punto único, el artista puro, anterior a la modernización del periodismo. Flaubert aparece, entonces, como símbolo inequívoco de la alta cultura pero también de la inutilidad, productor de aquello que no es comercializable.

Mi primera hipótesis es que en esa tensión que se genera entre el escritor-periodista (que no es lo mismo que el escritor profesional aunque algunas veces se superpongan) y los requisitos del mercado se desenvuelven tanto la obra de Arlt como la de Nelson Rodrigues. Pero, cuidado, no es entre el escritor y los medios masivos de comunicación que se produce esta fricción, sino entre el mercado y la cultura alta, al caso estigmatizada en Flaubert. Como puente de unión, reclamando por su pertenencia a una época y reivindicando su producción, surge el escritor-periodista. En este contexto, la frase de Nelson “Nada más siglo XIX que el siglo XX” cobra aspecto de denuncia.

Entonces, Roberto Arlt hará la salvedad, buscará legalizarse en un espacio que lo repele o pretende cosificarlo (“El señor Roberto Arlt persiste aferrado a un realismo de pésimo gusto...”[v]). Para Nelson Rodrigues, cuyo crecimiento físico e intelectual se da a la par de los medios de comunicación, el trance no será ni tan arduo ni tan amargo. Mientras Arlt busca la excusa que termina siendo bandera de guerra, en el escritor brasileño la identificación es completa. Analizar esa identificación es el objetivo de este trabajo.[vi]



[i] Valgan dos citas, de las tantas que podrían hacerse, para confirmar esta hipótesis. “Roberto Arlt es, sin la menor reserva, el autor por antonomasia del Teatro del Pueblo (de toda la escena libre, por consecuencia), y su creación configura un hito principalísimo, y de referencia forzosa, en el trozo de historia de la dramática nacional que cubre los cincuenta años más recientes.” Luis Ordaz. Historia del teatro argentino. Desde los orígenes hasta la actualidad. Edición publicada por Instituto Nacional del Teatro. Buenos Aires, 1999.

“A contribução do Sr. Nelson Rodrigues ao teatro brasileiro foi, a rigor, a da criação total do gênero em termos estéticos universais. E abrangeu, por vida de uma prodigiosa dotação natural do autor para o gênero, a totalidade de seus componentes de concepção, de construção e de composição.” Pompeu de Sousa, Introdução en Teatro completo de Nelson Rodríguez 4, Tragedias Cariocas II, Río de Janeiro, Nova Fronteira, 1990.

[ii] Nelson Rodrigues, O Reacionário, Memórias e confissões, São Paulo, Conpanhia Das Letras, 1991. Pág. 95.

[iii] Roberto Arlt, Prólogo a Los Lanzallamas. Obras Completas, Planeta, Buenos Aires, 1991. Pág. 309.

[iv] Gilberto Freyre, Nelson Rodrigues, escritor. Incluido en Teatro completo de Nelson Rodríguez 4, Tragedias Cariocas II, Río de Janeiro, Nova Fronteira, 1990. El texto fue escrito originalmente cómo prólogo a la primera edición en libro de O Reaccionario. En la edición de Companhia das Letras, una condensación es incluida en la solapa. La relación entre Nelson Rodrigues y Gilberto Freyre es apenas tocada en el biografía de Ruy Castro, dónde se cuenta como el ensayista formó parte de un jurado censor que evaluó una de sus piezas teatrales. Aunque Freyre votó a favor de la pieza, está no consiguió liberarse de la censura. Nelson, agradecido por su apoyo, le dedicó varias crónicas elogiándolo abiertamente.

Por otra parte, la relación de Eça con Nelson que realiza Freyre curiosamente funciona contra la lectura empedernida de leer la tutela de Flaubert en el escritor portugués. Es como si hablando de Nelson, el ensayista reivindicara la actividad literario periodística de Eça y su emancipación del paternalismo esteticista del francés.

[v] Cito una entre muchas frases posibles: “Considero o bom gosto uma virtude de quinta classe”. La cuestión del buen gusto y el mal gusto sobrevuela la obra de ambos autores. Rastrear el tema del mal gusto/ buen gusto en cuanto a los procesos de canonización en estos y en otros autores podría ser un trabajo interesante.

[vi] La pregunta sobre qué hubiera escrito Arlt y sobre todo qué género hubiera utilizado, si no hubiera muerto en 1942 de tuberculosis, no es una pregunta inútil, aunque la respuesta esbozada debe ser tomada con cautela. Si en sus últimos años su interés se había volcado hacia el teatro, abandonando definitivamente el género novela, no es exagerado pensar la posibilidad de que Arlt se hubiera acercado, como lo hizo Nelson Rodrigues en su momento, al cine y a la televisión, continuando así una clara evolución hacia las formas masivo-populares del arte. Buenos Aires siempre fue un plaza fuerte de entrada a estos medios. Así lo demuestra una carta citada por Ruy Castro donde un ambicioso Nelson le escribe al caricaturista Andrés Guevara, en ese momento en Buenos Aires, para que intente ubicar algunas de sus obras en el circuito mediático: “Guevara ilustre, Você é uma desilusão. Escrevi-lhe uma porção de cartas, pedindo noticias de “Meu destino é pecar” e de “Vestido de noiva”, e você não me respondeu absolutamente nada. Em primeiro lugar: não há nenhum sujeito com representação minha en Buenos Aires, a não ser você. Houve, de fato, um camarada que me pediu autorição para sondar o cinema argentino acerca de “Meu destino é pecar” . Mas não lhe dei autorização nenhuma. Você é meu representante único en Buenos Aires, tanto para “Meu destino é pecar” como para “vestido de noiva”. Amanhã enviarei a vôce um documento definitivo, transmitindo a vôce todos os poderes; a questão ficará assim liquidada. Só espero de você, o mais depressa possível, uma informação sobre os resultados econômicos que terei no caso. Caiu por terra o preconceito de que “Vestido de noiva” não era para ao grande públivo. É , sim. E é isso que vôce precisa dizer em Buenos Aires: que “Vestido de noiva” é, acima de tudo, un negócio comercial.” Citado en Ruy Castro, O Anjo Pornográfico: A vida de Nelson Rodrigues. São Paula, Companhia das letras, 1992. Pág. 209. La de Ruy Castro es una biografía mítica. Atiende a y trabaja con el mito que se formó alrededor de la figura de Nelson. Es un trabajo serio y responsable, pero ninguna de las incontables informaciones y de los valiosísimos datos que aparecen en O Anjo pornográfico tiene citada su fuente.