miércoles, 20 de abril de 2011

"Seguramente habrá gente orgullosa por todo esto. A mí me da al mismo tiempo mucha vergüenza y bastante tristeza. Al margen de que alguien pueda haberse sentido ofendido por una clara, evidentísima ironía (después juzgamos si de buen o mal gusto; yo les recetaría una buena dosis de… sentido del humor), el mundo intelectual vernáculo se encamina velozmente hacia la profunda y final pasteurización de la corrección política. Miren alrededor y busquen a los culpables de que esto sea así. La estupidez de las buenas intenciones parece imparable. Ya en breve seremos como esos países europeos prolijitos o peor, como los Estados Unidos (el paraíso de organizaciones como esta que denuncia a JT) donde nadie quiere ya compartir ascensor solo con una mujer, por miedo a ser denunciados de acoso sexual y que no haya testigos. Bravo, bravo. El progresismo mal entendido (y ese desprendimiento: el feminismo radical que ya no exige el derecho al aborto ni lucha por causas universales: ahora se contenta con ¡penalizar los piropos!) nos llevará a no leer a Céline, finalmente, ni a Bukowski ni a Miller ni a nadie que haya escrito jamás una línea ofensiva a la moral predominante (que es la moral de los que tienen poder, claro)."

Maximiliano Tomas en su blog.